El Rol Del Cuadro De Maniobra
Reducir el consumo, el gran objetivo
Emanuele Emiliani
El cuadro de maniobra o control, y en particular su software de gestión, juega un papel activo en la consecución de los objetivos de ahorro energético en la fase de no uso del sistema mediante la activación progresiva y programable de diferentes estados de funcionamiento.
Se sabe que, en los ascensores que dan servicio a edificios con poco tráfico, hasta el 90% de la energía consumida por el ascensor se gasta en la fase de espera, es decir, cuando la cabina está parada. Esta observación es fundamental para un enfoque realista y eficaz del ahorro energético: Aumentar las ya excelentes prestaciones dinámicas del ascensor limitando las pérdidas de energía debidas a la ineficiencia de las partes móviles tiene, de hecho, un impacto limitado. Y en cambio. Es fundamental reducir el consumo en esos largos periodos de inactividad parcial o total. La tarea de reducir el consumo del ascensor cuando no está en uso recae en el panel de control y, en particular, en su software de gestión que debe ser capaz de evaluar el estado de uso de la máquina e identificar períodos prolongados de inactividad.
Vitalidad, para luego activar (o no activar) una serie progresiva de acciones de ahorro de energía. En la práctica, los dispositivos que consumen más energía en el funcionamiento en espera del ascensor son los siguientes:
- iluminación de la cabina;
- el variador de frecuencia (en los teleféricos);
- el operador de puerta y las barreras fotocélulas;
- la resistencia de calentamiento del aceite (en los sistemas hidráulicos);
- los displays de cabina y piso (si están presentes);
- las tarjetas del cuadro electrónico de control;
- botones y otros objetos con retroiluminación permanente.
El software del cuadro de control es el eje principal para la definición de una estrategia de aproximación al ahorro energético basada en la activación progresiva y programable de diferentes estados de funcionamiento, además del de arranque, convencionalmente indicado como stand-by (Tabla 1).
El estado de arranque, o stand-by, corresponde a un ascensor parado en el piso, con botones y displays encendidos con retroiluminación al 100%, flechas de dirección y otras señales no activas, inversor VVVF con ventilación forzada no activa. En este modo de funcionamiento no se produce ningún ahorro de energía.
El primer estado de ahorro de energía se puede activar después de un período (programable) de inactividad continua y se define como modo de bajo consumo. En este modo, el ascensor está realmente encendido pero con funcionalidad reducida: por ejemplo, el inversor VVVF se coloca en modo de bajo consumo, las pantallas de cabina y de piso tendrán una retroiluminación reducida y la iluminación de la cabina en sí será parcial. Es posible devolver la máquina al servicio con una latencia mínima.
El siguiente estado se llama sueño y corresponde a un ascensor puesto en modo “bajo consumo”, encendido pero con una funcionalidad significativamente reducida, esperando un comando externo (por ejemplo, presionar un botón de llamada) para volver a funcionar. Este modo de operación implica el apagado controlado de algunos dispositivos a través de circuitos y componentes adicionales y, además de un ahorro energético más evidente, garantiza una mayor vida útil de los dispositivos electrónicos del sistema. En esta lógica de cierres progresivos, la mayor o menor reactividad al pasar de un estado a otro, y en particular en el regreso al “servicio activo”, matiza la eficacia del software de gestión del cuadro. Es importante considerar el modo de “suspensión profunda” o sueño profundo, tras cuya activación el ascensor queda privado de gran parte de su funcionalidad. Algunos componentes se colocan selectivamente en baja potencia, otros en suspensión o se apagan por completo. Entre ellos, los componentes que consumen más energía, como el variador VVVF, el operador de puerta y la barrera fotocélula, se apagan a la fuerza. Lo mismo ocurre con el circuito de seguridad, los circuitos de monitorización y cualquier otra placa electrónica periférica.
Esto garantiza el máximo ahorro de energía posible y una vida útil más larga de los dispositivos involucrados en comparación con todos los demás métodos. Sin embargo, el modo “sueño profundo” tiene sus contraindicaciones: Es necesario añadir circuitos y componentes adicionales (por ejemplo contactores) y el retorno al funcionamiento activo ya no tarda sólo unos segundos, sino que a menudo requiere de un procedimiento de reinicio más elaborado. Está claro que este modo debe activarse sólo como parte de una planificación precisa de los estados de inactividad del ascensor, limitando, por ejemplo, el sueño profundo sólo a las horas nocturnas.
Pero, ¿cuál es el consumo y cuánto se puede ahorrar de forma realista? Lo podemos ver en la Tabla 2 donde se utilizó la media del PUN 2022 igual a 0,3 €/kWh para calcular el ahorro anual. El PUN, Precio Único Nacional, es el precio de referencia de la energía comprada en la Bolsa Eléctrica Italiana.
El impacto económico anual puede parecer limitado; sin embargo, también debemos pensar desde la perspectiva del ciclo de vida del producto: cada componente, aparato, dispositivo (electrónico o no) se caracteriza por su propio ciclo de vida, cuya extensión estimada debe indicarse en su ficha técnica.
La cuestión de la necesaria sustitución, con el tiempo, de los dispositivos, en particular de los dotados de tarjeta electrónica, está evidentemente ligada al ciclo de vida del producto.
La ecuación es simple e intuitiva: Un dispositivo electrónico colocado en un estado de sueño (profundo) (es decir, apagado temporalmente) dura más porque sus circuitos y componentes electrónicos están sujetos a un uso menos continuo. El ahorro, en términos de menor probabilidad de sustitución en el tiempo, es evidente al igual que la mayor sostenibilidad ambiental del sistema.
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Fuente: www.anacam.it/anacam_magazine