La protección del patrimonio y de la empresa
SEGUROS: No Son Una Penalidad, Sino Una Protección Del Patrimonio.
La póliza de seguros para el ascensor fue el tema que se trató días pasados en Historias de Ascensor, el programa auspiciado por CECAF que se emite todos los sábados a las 14.30 por Canal Metro (8) de Cablevisión. El Dr. Juan Martín Luciani, broker de la empresa HOM Profesionales en Seguros, junto al Dr. Martín Redoni, abogado especialista en Derecho de Daños y abogado de CECAF y el Ing. Marcos Sterzovsky, miembro directivo de la Cámara de Empresarios Conservadores de Ascensores y sus Afines, transmitieron su experiencia sobre este tema tan delicado sobre el que descansa gran parte de la seguridad del patrimonio empresario.
Como sostuvo Marcos Sterzovsky “no hay que pensar al seguro como una penalidad que no tiene sentido, sino como una protección del patrimonio e, inclusive, de la existencia de una empresa. Por ello hay que tenerlos al día y actualizados en sus valores”.
Por su parte, Juan Martín Luciani, cuarta generación de HOM Profesionales en Seguros, hizo hincapié en la elección de un buen seguro, aquel que hace una buena póliza que, a la hora de responder por un siniestro, cumple con los valores estipulados sin presentar sorpresas. HOM Profesionales en Seguros posee un producto exclusivo dedicado a la responsabilidad civil profesional de los conservadores que cubre a cada uno de los participantes en la instalación, montaje y conservación de un elevador, además de otro tipo de pólizas, que cubren diferentes riesgos para empresas y propietarios.
OBLIGACIÓN DE LOS SEGUROS
Las pólizas de seguro de ascensor son un elemento fundamental tanto para las empresas conservadoras como para los consorcios y sus administradores. Son la forma de garantizar el pago de indemnizaciones que deban abonarse en caso de siniestros que implican daños materiales o físicos. En la Ciudad de Buenos Aires existe la obligación de que conservadores y propietarios contraten una póliza de seguros que cubra la responsabilidad civil. Una póliza RC (responsabilidad civil) permite mantener indemne el patrimonio de la empresa y de los propietarios en caso de accidentes y para esto es muy importante el límite cuantitativo de dicha póliza, y su actualización.
Pero vayamos a la práctica:
¿Cómo hacemos nosotros a la hora de contratar un seguro, tomando en cuenta los costos y los riesgos?
El Dr. Martín Redoni explica que en el caso de una empresa conservadora hablamos de seguros contra terceros, por cualquier siniestro que se pudiera ocasionar en el uso del ascensor. Él sugiere que se averigüe previamente qué tipo de póliza nos proponen, porque son contratos y pueden variar ciertas condiciones. Hay pólizas que excluyen cierto tipo de siniestros, o para cubrirlos exigen un pago adicional. Depende de cada caso y hay que averiguar bien.
Juan Martín Luciani sostiene que “hay diferencia en las responsabilidades. Una cosa es la responsabilidad civil y otra es la responsabilidad laboral, que abarca a los empleados o a un monotributista que se haya contratado. Además, cada jurisdicción puede reglamentar diferentes normas. En CABA hay un seguro que, por el Código Civil, es obligatorio para el Consorcio, que es el titular de dominio o propietario del ascensor; otro tipo de seguros se requiere para el conservador que tiene una responsabilidad civil profesional. La medida para asegurar en CABA es la unidad fija. El conservador debe tener un mínimo de 350.000 unidades fijas que equivalen a 20 millones de pesos”. Martín Redoni acota que esos 20 millones cubren el riesgo en caso de accidente y es lo mínimo exigido para operar en CABA.
Luego hay que ver como es el Consorcio – continúa Luciani-, las diferentes características del edificio. La Agencia Gubernamental de Control, AGC, fija, para un Consorcio con un solo ascensor un seguro mínimo de RC de 300.000 unidades fijas, que equivalen a unos 17 ó 18 millones de pesos; por cada ascensor adicional se suman otras 50.000 unidades fijas, que son tres millones más. Por lo tanto dos ascensores requieren una cobertura de 20 millones que justo coinciden con los 20 millones que deben asegurar los conservadores.
Las unidades fijas antes tenían valor equivalente de medición de medio litro del mayor octanaje en la YPF del ACA Central. Ahora eso se ha modificado y cada seis meses el Gobierno actualiza estas unidades fijas que se usan para regular las cifras mínimas de los seguros y también las multas.
Marcos Sterzovsky hace un agregado a lo ya dicho: “Son bien diferentes los seguros que hay que contratar, uno es el seguro para el conservador y el otro es para el edificio o consorcio. El consorcio tiene aseguradas todas las instalaciones. En general tienen una póliza integral donde están cubiertas la responsabilidad civil, incendio y demás. En el caso del seguro para el Consorcio es conveniente que se miren bien las cantidades que están cubriendo, porque todo lo que se comenta acá son los mínimos. No hay que pensar que a uno lo obligaron a tomar un seguro como un gasto. Es un gasto para estar protegidos, de la misma forma que sucede con un auto. En otras partes del mundo se lo enfoca de otra manera, como una defensa del patrimonio. El seguro siempre parece mucha plata, pero 20 millones no alcanzan ni para comprar un departamento de dos ambientes.
El conductor del programa, Félix Taylor, les pregunta a los presentes cómo se elige la empresa de seguros.
Juan Martín Luciani opina -con toda su experiencia y el respaldo de tantas generaciones de brokers abocados al seguro- que la elección depende un poco del riesgo: “No es lo mismo el riesgo del consorcio que el del conservador y según el riesgo nosotros recomendamos distintas compañías de seguros. ¿Por qué? Porque diferentes compañías de seguros tienen una experiencia siniestral al momento del pago. Como en todo rubro, hay compañías buenas y malas, afirma Juan Martín. Nosotros recomendamos de acuerdo al riesgo que se quiere cubrir y según el producto que tiene cada compañía para cubrir ese riesgo.
AHORRAR EN UN SEGURO NO ES EL MEJOR NEGOCIO
Martín Redoni es taxativo cuando sostiene que el conservador tiene que pensar en su patrimonio. Los ascensores pueden llegar a fallar y una persona puede perder su vida o quedar con alguna lesión permanente. Cuando la demanda supera el valor de lo que asegura el conservador es un problema. Entonces el juez puede llegar a obligar a la empresa de seguros a pagar y luego a que se resuelva en otro juicio quién fue el responsable. Ahí se deben conocer los antecedentes del ascensor, si había una falla avisada, si había que haberlo parado, etc. Todo aquello que antes se asentaba en el libro de ascensor y que hoy se puede conocer rápidamente con el QR.
Félix Taylor acota que lo importante es que los responsables de los ascensores, tanto los propietarios como los conservadores que contratan un seguro, a la hora de dilucidar estas situaciones hayan hecho las cosas como corresponde. Porque el seguro puede no reconocer el pago si no se cumplió con la Ordenanza.
Juan Martín Luciani comenta que, lamentablemente hay aseguradoras que por cobrar 5 pesos menos, atraen con subterfugios publicitarios, pero al momento del siniestro presentan problemas.
Martín Redoni agrega que las aseguradoras van a responder hasta la suma establecida. Hay que ver cuál es el resguardo que cada uno quiere darle a su patrimonio. Si se asegura por poco, se obtiene poco.
Félix Taylor le pregunta a la mesa cómo se manejan los valores con tanta inflación a lo que Juan Martín Luciani responde que las unidades fijas se van actualizando cada 6 meses. En una demanda judicial corren los intereses, aunque algunas veces, en algunos fueros, las tasas de interés aplicable se están quedando por debajo de la inflación.
Hay una cláusula puntual que es interesante conocer que existe, agrega Luciani, que va actualizando las sumas aseguradas. Por ejemplo, yo contraté hoy 1 millón de pesos, para decir un número, y eso tiene una cláusula de actualización del 30%; al momento del siniestro entonces voy a recibir 1.300.000 mil.
LA LETRA CHICA
Martín Redoni aconseja leer bien las pólizas, porque alguna fijará una actualización de un 30%, pero tal vez haya otras que den más. Lo que no está marcado con la cruz en la letra chica es que no lo ofrecieron, por eso reitera que hay que leer muy bien la “letra chica”. Hay que estudiar lo que cada empresa le propone al eventual asegurado.
Esa famosa letra que nadie quiere leer para lo cual es bueno pedir el consejo de los brokers de seguros. Martín Redoni explica que es muy difícil para el contratante controlar todo. Hay que leer una letra muy chica, con una jerga que para el común de la gente es incomprensible.
“Para eso estamos nosotros, comenta Juan Martín Luciani. Estamos como intermediarios para leer esas pólizas que conocemos al dedillo, y así podemos interpretar los riesgos que tiene el contratante y le indicamos lo mejor”.
Félix Taylor introduce un tema pendiente: ¿qué pasa cuando se realiza la inspección?
Marcos Sterzovsky comenta que él ha visto pólizas de seguros donde el asegurador asegura cualquier cosa. Un edificio tiene tres ascensores y figura uno; tiene dos calderas, figura una, o figura el termo tanque y no figura la caldera. La compañía de Seguros no está supervisando ni averiguando bien lo que está asegurando.
A eso, Juan Martín Luciani le responde que hay una tarea muy importante que le corresponde al broker de seguros en la propuesta del mismo. La propuesta de seguros es una figura en la ley de seguros, donde se hace una exhaustiva enumeración de todo lo que tiene el cliente para asegurar: ascensores, cocheras, carteles, calderas, pileta, gimnasio, sum, etc. Hay un error grave si se omiten cosas, ya que la suma asegurada será menor. En cuanto a la inspección, ésta tiene un costo, y ese costo las aseguradoras lo asumen a partir de cierta categoría de edificio, los que superan los 2.000 m², que son más o menos 300 millones de pesos. Cuando el edificio tiene menos metraje no inspeccionan, y aseguran. Si no se inspecciona, la empresa aseguradora no se hace cargo, pero las buenas compañías se tienen que hacer cargo y confían en que el broker haya hecho bien la inspección; uno entonces confía en su broker que también tiene responsabilidad por esos errores u omisiones. Cuando el edificio tiene menos de 2.000 m² y no se inspeccionó y se cubrió, las buenas compañías responden, afirma Luciani.
El SEGURO DEL SEGURO
Hace años existía un Instituto Nacional de Reaseguro que se fundió. Cuando una compañía de seguros no se podía hacer cargo lo cubrían ellos. Hoy existe la Superintendencia de Seguros de la Nación que controla la actividad de las aseguradoras pero no se hace responsable; de hecho no se la puede citar en un juicio para que responda como garantía. Supervisa los balances de las empresas y sus estados contables.
Cuando se supera una cifra, por ejemplo los 4.000 millones, como sucede por ejemplo en el caso de HOM Profesionales en Seguros, debemos consultar con el reasegurador, y ver si nos permite hacer o no esa operación; el reasegurador es asegurador de la aseguradora explica Juan Martín.
SEGURO PARA TODOS
Todos deben estar asegurados: El consorcio, el conservador, el administrador y el productor de seguros. Siempre que hay una responsabilidad es necesario un seguro. A veces los representantes técnicos también tienen su propio seguro. Las pólizas de seguro de las empresas incluyen a los representantes técnicos pero, como los médicos, algunos optan por sacar una póliza propia.
Al fin y al cabo dice Juan Martín Luciani estamos hablando de pólizas que no son caras. Una póliza normal de 500.000 pesos de responsabilidad civil estará a 8.000 pesos al año a pagar en cuotas de 800 pesos.
Habrá que pensar si hoy día 500.000 pesos es una cifra que cubre lo necesario y, si no, asegurarse por un valor realista. Al fin y al cabo, seguro está preso y no sea cosa que el día que lo necesitemos, no alcance para nada.