¿Cómo Adaptar Los Edificios Haussmann A Las Nuevas Necesidades De Los Usuarios?

By 20 abril, 2022Destacado

Accesibilidad, comodidad… Ya sea para oficinas, consultorios médicos o incluso alojamientos privados, el ascensor se ha convertido en un equipamiento esencial para edificios, tanto antiguos como nuevos. E incluso si casi todos los edificios existentes se pueden adaptar, la instalación de ascensores a veces representa un desafío técnico, especialmente en los edificios de Haussmann. Por lo tanto, equipar a estos últimos con ascensores requiere encontrar el equilibrio adecuado entre conservación y modernización.

En el año 1852 Napoleón III encargó a Georges-Eugène Haussmann, un funcionario público de su gobierno, que «modernizara» París. Al contratar a Haussmann confiaba en que París pudiera convertirse en una ciudad con calles más seguras, mejores casas, comunidades más salubres, hospitalarias, que facilitaran las compras y lograr, además, mayor fluidez en el tránsito. Hasta ese momento, París y otras ciudades de Europa, estaban cubiertas de lodo y casuchas improvisadas, húmedas y fétidas, llenas de pobreza, así como rastros de basura y desperdicios en las calles que dejaba el defectuoso e inadecuado alcantarillado.

Haussmann eliminó muchas calles antiguas, serpenteantes y derribó casas de departamentos. Las reemplazó con avenidas, anchas vías flanqueadas por árboles, y creó extensos jardines por los que hoy París es famoso. El plan de Haussmann incluyó también una altura uniforme de los edificios y puntos de referencia como el Arco del Triunfo y el Gran Palacio de la Ópera.

El París tan típico que hoy podemos observar con edificios similares y balcones-ventana con rejas de hierro datan de esa época. Y a esos clásicos edificios los llaman edificios de Haussmann.

 

Edificios haussmannianos: ¿una diversidad de usos?

Hoy en día, los edificios de Haussmann representan el 60 % de los edificios parisinos (es decir, algo más de 57 000 edificios) y son esencialmente residenciales, aunque este tipo de edificios a menudo incluye también la oficina de un abogado, un escribano, un síndico, un abogado o médicos, o incluso una empresa de comunicaciones o una oficina de periodistas. Estos edificios del siglo XIX ofrecen muchas ventajas: una ubicación a menudo céntrica, un entorno percibido como prestigioso…

Cabe señalar, no obstante, que con la nueva normativa, en particular medioambiental, que se aplica a los locales de uso terciario, esta diversidad de usos bien podría reducirse. Las rehabilitaciones energéticas que exige, por ejemplo, el decreto terciario, animan a determinadas empresas a vender sus oficinas al estilo Haussmann para instalarse en locales más recientes -aunque ello signifique mudarse- para no tener que invertir en costosas reformas.

 

El ascensor: un índice de valoración

Pero tanto si está destinado a particulares como a profesionales, el ascensor se ha convertido en un equipamiento clave y en una herramienta de valoración inmobiliaria. Para Éric Koely, director comercial de ATS -filial de KONE especializada en equipamiento para edificios antiguos- “los costos en los que incurren los propietarios para la instalación de un ascensor se amortizan en gran medida por el aumento del precio del m² de los apartamentos”.

Si ya el 60% de los edificios Haussmann parisinos están equipados con ascensores, según Éric Koely, la tasa de equipamiento del parque varía enormemente de un distrito a otro. El director comercial de ATS especifica que la mayoría de los edificios Haussmann con ascensores están ubicados en barrios “upscale” como los distritos 16, 8 y 7. Y el aumento del atractivo de determinados distritos como el distrito 11, o de determinadas localidades de la periferia interior como Levallois-Perret, Clichy o Montrouge, repercute directamente en el nivel de demanda para la instalación de un ascensor. Este último se ha convertido en un requisito previo para estos nuevos habitantes que desean un cierto nivel de comodidad y servicio.

 

Instalar un ascensor en un edificio haussmanniano: un reto técnico

Pero si equipar los edificios de Haussmann con un ascensor se ha convertido en una práctica común, esto no deja de plantear dos grandes desafíos:

Encuentre espacio suficiente para acomodar el hueco del elevador, en un espacio no diseñado para acomodarlo;

No distorsione el edificio, especialmente si tiene valor patrimonial.

“Cuando se crea un nuevo edificio, el arquitecto ha planificado una ubicación para el hueco del ascensor y una sala para la maquinaria. Los edificios haussmannianos, por otro lado, no fueron diseñados para este propósito. Por suerte, se trata de edificios que en la mayoría de los casos cuentan con sótanos o partes bajas, que pueden transformarse en salas de máquinas. En caso contrario, encargar al síndico que recupere un lugar que permita instalar el local allí o al ascensorista que instale un ascensor con el motor en el hueco”, explica Éric Koely.

 

Fuente: www.kone.fr