Nora Kamiñetzky
Hace 30 años Rubén García y Hugo Machado se lanzaron con coraje a la aventura de crear su propia empresa de mantenimiento de ascensores. “Contábamos con el no, -comenta García-, por eso fuimos por el sí, en la búsqueda del crecimiento personal y económico”. Hoy, en la cima de la pirámide, la experiencia y la vida les dicen que la apuesta valió la pena.
No visitábamos ALP desde el año 2003, cuando la empresa obtuvo su primera certificación ISO-9001, y nos asombró gratamente el crecimiento exponencial que ha tenido desde entonces.
En la actualidad, con la renovación de la ISO, nos encontramos con un staff de 120 personas, con un edificio que ha crecido en pisos, confort, sectores y funciones. La sociedad también adquirió nuevas propiedades como la bonita casa aledaña que es utilizada para dar cursos, producir eventos, agasajar a los amigos con invitaciones gastronómicas y facilitarle a todo el personal un lugar con todas las comodidades para sus almuerzos y refrigerios. También ahora cuentan con dos grandes depósitos para almacenar el stock de componentes para instalación.
“En realidad ya son 31 años, -aclara Rubén-, pero postergamos los festejos para este año. Ya estábamos organizando un evento muy lindo para reunir a todos los que nos acompañaron desde siempre: nuestros clientes, amigos, proveedores, arquitectos, ingenieros, y el coronavirus interrumpió el festejo. Y a pesar de la adversidad, hay motivos para festejar la constante evolución de esta empresa que pisa siempre sobre seguro, afirmándose primero en lo que ha aquilatado para dar el siguiente paso.
ISO 9001
Dentro de la renovación, que es el leit motiv de ALP, fue fundamental la obtención de la nueva certificación de la ISO 9001. Ya habían certificado años atrás, como dijimos anteriormente, y a partir de ese momento la empresa tuvo un crecimiento muy importante que, paradojalmente, les impidió seguir manteniendo la certificación.
El trabajo los superaba y, aunque siempre mantuvieron el encuadre normativo en su funcionamiento, no había disponibilidad para volver a certificar. No contaban con el gran equipo de gente que hoy sí, les permite seguir los protocolos de la norma con exhaustividad, e interrumpieron su aplicación. Recién en junio de 2019 obtuvieron nuevamente la certificación para continuar con su estilo de empresa organizada y funcionando según los manuales de procedimiento, y con un “hermoso” equipo, como lo califica Rubén, que se ocupa del trabajo certificado bajo la dirección de la Ing. Flavia Álvarez Villareal, coordinadora general, con 10 años de trayectoria en ALP.
Organización
En la actualidad ALP tiene a cargo el mantenimiento de 1.750 ascensores, otros 200 ascensores más en garantía por proceso de obra, y bombas, portones y rampas que suman en total unas 2.400 unidades en mantenimiento. Además, por supuesto, son instaladores a gran escala, al punto de haber vendido hasta 250 ascensores en un año de mucha construcción. Para satisfacer toda esa demanda cuentan con un staff de 120 empleados que se reparten en diferentes departamentos bien diferenciados. “Fuimos armando toda la estructura que necesita una empresa: el sector administrativo que comprende administración, oficinas de compras, control de calidad, tesorería y luego el departamento de servicio que se divide entre los que reciben los reclamos, los que van al service, los que hacen soporte técnico que es la gente que acude a solucionar problemas más complejos y específicos que requieren especialización y un departamento de reparaciones”.
La empresa cuenta con 14 ingenieros que son los representantes técnicos. La Ordenanza de Ascensores de la Plata exige un ingeniero cada 120 ascensores, una cantidad que representa la mitad de los ascensores que se exige en CABA.
Sistematización y call center
Dentro de los diversos departamentos en los que está organizada la empresa, destaca la oficina de reclamos o, como ellos le dicen, el call center.
“Siempre fuimos obsesivos con el tema de la atención al cliente y contábamos con una respuesta esmerada y rápida con las soluciones necesarias y una estadística de los reclamos.
Más adelante, con el aporte de Mario Coto que organizó la planilla de reclamos, y con el trabajo informático de Jorge Pucci utilizando programas especialmente adecuados a la necesidad de la empresa, se logró una atención al cliente que funciona como un esmerado call center que ha logrado su máxima eficiencia”, explica Rubén.
Al entrar a las oficinas de este sector se observa en la pared un enorme mapa de la ciudad de La Plata, donde están señalizados todos los equipos que mantiene la empresa.
Este sector centraliza toda la información, tanto de la gente que está trabajando con tareas ya asignadas en las distintas secciones de reparación, instalación, soporte y servicio, como los reclamos de emergencia. Julián y otro colaborador atienden los llamados a través de una línea especial y cargan esa información en un programa que va clasificando el tipo de llamada, el motivo de la misma, la demora en la respuesta, la reiteración de la llamada. Esa información se actualiza todo el tiempo. A su vez, cuando entra el reclamo, el sistema dispara la información necesaria para que el reclamista cuente con la historia “clínica” del ascensor que recibe en su celular. Todos los reclamos se visualizan como planillas en pantallas de computadoras con distintos colores que expresan el tiempo de la demora y que cambian de color con el transcurso del tiempo. También se aprecia en las pantallas si el ascensor está parado, si está en funcionamiento, o con alguna tarea pendiente por realizar, casi en tiempo real, porque los operarios van reportando lo que hacen con mucha velocidad. “Con este sistema se hace también el relevamiento del estado de todos los ascensores, según exige la Ordenanza 8798 de la ciudad de La Plata.
Las pruebas mensuales y semestrales se cargan en un sistema que contiene la información del estado de cada equipo.
De noche cuentan con una mesa de guardia que atiende una telefonista que se encarga de hacer la logística y atención al cliente.
Todo este sistema de organización y control de reclamos surgió a partir del año 2013, con las funestas inundaciones en la ciudad de La Plata que superaron todo lo esperado.
Cómo empezaron
Rubén García y Hugo Machado, los titulares de ALP, comenzaron su amistad mientras trabajaban en una tradicional empresa de ascensores de La Plata. Hasta que un día decidieron arriesgarse por las suyas y comenzar una nueva etapa, fundar su propia empresa y crecer económicamente, para sostener a sus familias con niños pequeños. En el año ’90 comenzaron solos, sin oficina y con su capacidad de trabajo y su ambición de progreso. A los 9 meses pudieron contratar a su primer empleado.
Ambos se trasladaban de un trabajo a otro en unas simpáticas motonetas Siambretta y su lugar de reunión era la sala de máquinas de algún equipo que mantenían. La Siambretta hoy tiene un lugar dentro de la empresa. Es de Hugo y sus hijos se la dejaron como nueva para su cumpleaños número sesenta.
Desde ese entonces hasta hoy la empresa creció exponencialmente y allí trabajan algunos de sus hijos. El éxito de su gestión tiene que ver con el criterio comercial y profesional que aplicaron a su trabajo, además de una gran prudencia que hizo que sólo dieran los pasos necesarios en los momentos indicados.
Instalaciones
ALP tiene un gran porcentaje del mercado del mantenimiento, la modernización y la instalación de la ciudad de La Plata. Su gran crecimiento se ha debido a la gran cantidad de equipos instalados que, hace seis años llegó a 250 ascensores vendidos. Entre sus últimas realizaciones se destacan la instalación de nuevos equipos en el flamante hotel 5 estrellas Brizo perteneciente a la Caja de Médicos de La Plata, y la modernización de las baterías de ascensores de las Torres del Gobierno, edificios emblemáticos, de 16 pisos, ubicados frente a la gran Catedral de la ciudad.
“Ya habíamos instalado máquinas gearless en el edificio de Tribunales de la Ciudad de Buenos Aires –señala Hugo-. Esa experiencia la volcamos después en estos nuevos proyectos que, en general, se le encargan a empresas multinacionales”. En el hotel Brizo instalaron máquinas gearless de 120 metros en 5 ascensores, dos de ellos de 750 kg., otros dos de 900 kg. Y un montacargas de 2.000 kilos. Este hotel actualmente es administrado por la empresa Costa Galana.
En las Torres del Gobierno, que tienen 40 años, había 8 ascensores instalados originalmente por la empresa Guillemí, con una tecnología de multivoltaje y máquina del tipo Ward Leonard. ALP modernizó una batería de 4 ascensores en cada una de las torres, por el momento, con lo cual logró que las larguísimas colas de usuarios que se formaban, prácticamente desaparecieran debido a los 150 metros por minuto que desarrollan las nuevas máquinas de Wittur que se han instalado, conjuntamente con el kit de ascensor completo. Los controles nuevos son de Automac.
En la torre
Subimos a la sala de máquina de la Torre 1, acompañados por Mario Coto, gerente operativo de Ascensores La Plata, con 12 años de labor en la empresa y una larga experiencia previa de 11 años de trabajo en Acelco, donde llegó a ocupar el cargo de Jefe de Fábrica, y 20 años en Atlas. En ALP, Coto se ocupa tanto dirigir los departamentos de servicio y el de instalaciones. Mario dirigió este proyecto de instalación y por eso es la persona ideal para mostrárnoslo.
Los ascensores modernizados son 4 en batería en cada torre. Uno recorre desde el subsuelo -3 hasta el piso 16, los otros tres sólo viajan desde el subsuelo -1 hasta el piso 16. Tienen una velocidad de 150 metros por minuto, y una capacidad de 900 kilos de carga o 12 personas medianas. Están intercomunicados con la sala de máquinas y con las personas de seguridad de la P.B.
Los controles de Automac son equipos de frecuencia variable, para 150 metros por minuto, y están preparados para trabajar en baterías de 8 coches. En este momento están trabajando para cuatro coches en maniobra ascendente descendente.
Las máquinas gearless de Wittur tienen el tren de polea cubierto por
Ordenanza municipal. Estas máquinas son de efecto 1 en 2, por lo que funcionan a 300 metros por minuto y el ascensor va a la mitad de la velocidad, es decir 150 metros por minuto.
Los nuevos equipos que reemplazaron a los antiguos multivoltaje de corriente continua son equipos de frecuencia variable, gearless y mucho más pequeños y silenciosos, con mucha menor exigencia de mantenimiento.
Memoria descriptiva de los trabajos realizados por alp en los elevadores de las torres gubernamentales de La Plata
El trabajo surge de una licitación por la modernización, adecuación y mantenimiento de 8 ascensores de uso público ubicados en las Torres I y II, Gubernamentales ubicadas en Avda. 51 y calle 12 y la Torre II en Avda. 53 y calle 12, respectivamente, de la ciudad de La Plata.
Haciendo un poco de historia, las Torres I y II son edificios únicamente de oficinas que se inauguraron para el centenario de la ciudad de La Plata (1982). Ambas torres fueron realizadas por distintas empresas constructoras, motivo por el cual existían diferencias entre los equipos de una y otra torre (por ejemplo, las dimensiones de apertura libre de las puertas Torre I 900mm y Torre II 850mm).
Proveedores:
- Wittur Argentina: provisión de bastidores, máquinas, cabinas y seguridades.
- Automac: provisión de tableros, botoneras, señalización y supervisor de tráfico.
Inspector de Obra por parte de Gobierno de la Pcia. de Bs.As.:
Ing. Pablo Prieto.
Coordinador General y RT por ALP: Ing. Raúl Razzini.
Director de Obra: Mario Coto.
Personal de obra: se realizó la obra con personal de ALP, del sector instalaciones, trabajando en dos grupos, dirigido uno por Diego Machado y el otro por Marcelo Mena y un total de 6 personas.
Personal de mantenimiento permanente en edificio: está compuesto por 2 panelistas, y 6 personas para cubrir el horario de 6.30 hasta las 20hs.
Seguridad e Higiene: Lic. Matías García.
Material instalado: se reemplazaron todos los elementos a excepción de las guías.
Paradas:
Torre I 20 (1 asc) y 18 (3 asc)
Torre II 19 (1 asc) y 17 (3 asc)
Tablero de comando: Automac A6700V2 con Supervisor de tráfico A68S32 V4.
UPS: Energy 3000VA.
Máquina de tracción: tipo Gearless marca Wittur WSG-MF fabricada en Alemania 900 kg CU 2.5 mps, aceleración 1m/s2.
Puertas de cabina y exteriores:
Wittur modelo Hydra.
Cabina: Wittur en acero inoxidable calidad AISI 304.
Guiadores de cabina y contrapeso: de 6 ruedas (cabina) marca ELSCO, 3 ruedas (contrapeso) marca ELSCO.
Paragolpes: hidráulicos marca Henning.
Seguridad: del tipo progresivo unidireccional marca Wittur fabricado en Austria.
Cables de acero: IPH especial para máquinas Gearless Pfeifer Drako-250T-1570. Cantidad 5, diámetro 10 mm.