Un Ascensor Para El Obelisco

By 29 septiembre, 2025Información General

EL EMBLEMA DE BUENOS AIRES YA TIENE ASCENSOR 

 

Ya es una realidad, el Obelisco alberga el tan esperado ascensor proyectado  desde su concepción por el arquitecto tucumano Alberto Prebisch. El intendente de Buenos Aires en ese entonces, Mariano de Vedia y Mitre le expresaba lo siguiente al ministro del Interior Ramón Castillo en una carta del año 1936: “Existe el propósito de dotarlo de un ascensor interno que permita el acceso del pueblo a la cúspide del monumento”.

 

En 2022, la administración de Horacio Rodríguez Larreta lazó el llamado a licitación, Pero la iniciativa se tomó en septiembre de 2024, cuando se iniciaron las obras. Finalmente, 89 años después, el  ascensor inaugurado el 18 de julio pasado permite subir cómodamente los 67,5 m de altura  para poder desde allí gozar de la mejor vista de la ciudad que se debe a su ubicación estratégica, según aseguró el día inaugural, el Jefe de Gobierno, Jorge Macri.

 

Muy pocos se animaban a subir con casco y arnés los 206 peldaños de la escalera de hierro recta que atravesaba la oscuridad de ese extenso túnel vertical para llegar a la cúspide, después de unos 16 minutos, según el estado físico del escalador.

 

Ahora con el ascensor, rodeado por una escalera caracol, se puede llegar en tan solo un minuto. La cabina vidriada en uno de sus lados permite observar, gracias a la iluminación led, la pared original de nuestro símbolo porteño.

 

 

La nueva estructura interior del Obelisco se fabricó en un taller de Laferrere, y debido al escaso espacio que había para maniobrar todo se debió desarmar y volver a armar adentro.

 

El ascensor

Ascensores Servas S.A. instaló un ascensor sin sala de máquinas con motor gearless. Para instalarlo, se diseñó un armazón reticular que fue fijado a sus paredes laterales y se asentó sobre una base. Sobre esa base se montaron luego las guías, la cabina, las puertas y el motor. Mientras tanto el ascensor ingresó desarmado y hubo que armarlo adentro. La puerta del obelisco es muy pequeña, pero debido a la obligatoriedad de no modificar la fachada exterior, esa fue la única manera que se encontró para realizar la instalación.

 

El ascensor está calibrado para que viaje a 60 metros por minuto, aunque puede alcanzar mayor velocidad. La cabina puede transportar una carga útil de 300 kilos ó 4 personas y tiene las puertas y dos de sus lados con vista panorámica. Está programado para detenerse solo en la planta baja y en la cúspide, pero está diseñado para contar con otras 6 paradas que pueden ser utilizadas en situaciones de emergencia, lo mismo que la escalera que lo rodea.

 

El ascensor llega hasta los 55 metros, y luego hay que subir 35 escalones más por una escalera caracol que lleva hasta la cúpula.

 

 

VISITAS

El ascensor del Obelisco está abierto al público, con la empresa Andesmar gestionando el mirador desde julio de 2025. Se puede reservar un lugar para experimentar las vistas panorámicas de la Ciudad de Buenos Aires desde la cima del monumento.

 

“El mirador nos va a dar la posibilidad de ofrecer a los visitantes una experiencia que va más allá de la típica foto con el monumento. Gracias al trabajo en conjunto con el sector privado, los turistas van a poder acceder a una vista panorámica inigualable”, afirmó Valentín Díaz Gilligan, Presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires.

 

 

El Obelisco fue ideado por el arquitecto Alberto Prebisch para celebrar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires.

 

La construcción del monumento, iniciada en 1935 y finalizada en 1936, costó 200.000 pesos moneda nacional. La obra estuvo a cargo de la empresa alemana G.E.O.P.E.-Siemens Bauunion-Grün & Bilfinger y fue levantado en 31 días por 157 obreros.

 

En el solar donde hoy se encuentra el Obelisco estaba emplazada la iglesia  San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la avenida 9 de julio. En la torre de esa iglesia fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, la bandera argentina. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco.

 

 

El sábado 23 de mayo de 1936, día de su inauguración, el intendente de la Ciudad, Mariano de Vedia y Mitre dijo: “Este Obelisco será, con el correr de los años, el documento más auténtico de este fasto glorioso del cuarto centenario de la ciudad fundada por Don Pedro de Mendoza.  Dentro de las líneas clásicas en que se erige, es como una materialización del alma de Buenos Aires, que va hacia las alturas, que se empina sobre sí misma para mostrarse a los demás pueblos y, desde aquí, proclama su solidaridad con ellos”.

 

En la época de su inauguración la prensa lo criticó como un “armatoste inútil” y hasta se le dedicaron dichos populares como “En el medio de la calle/ hay una mole parada/ la llaman el Obelisco/ y no sirve para nada”.

 

Sin embargo imaginarnos hoy el llamado “centro” sin él, sería imposible y hasta angustiante.

 

N.K.