FABRICACION ARGENTINA DE NIVEL EUROPEO
La visita a la metalúrgica FRANCISCO ROTUNDO & HNOS. S.R.L. desveló una vez más la impresionante capacidad metalúrgica de la industria argentina, que hoy día muchos desconocen. La empresa fundada en 1968 fabrica enormes piezas por encargo para varias multinacionales del país y, desde hace 15 años fabrica excelentes máquinas con reductor para ascensores. Últimamente ha incorporado a su catálogo las máquinas de la italiana Sassi.
La magnitud y la capacidad de fabricación de Francisco Rotundo & Hnos. no tiene nada que envidiarle a la fabricación tradicional de máquinas europeas. Es difícil evitar los elogios cuando uno conoce la fábrica donde se producen piezas de acero de una precisión y una magnitud inusitada.
Sin embargo, por algún raro misterio su máquina ROTIA para ascensores no es tan conocida como debiera serlo. Después develaremos ese misterio.
Llegado de Calabria, más precisamente de Savelli, este fanático de las máquinas no tiene problema en trabajar un sábado y un domingo para estar al día con todos los pedidos que le hacen empresas como Loma Negra, Dálmine Siderca o Techint para las cuales fabrica piezas por encargo bajo plano.
Es fácil imaginar entonces la calidad y precisión de su máquina de ascensores, que comenzó a fabricar después de más de 42 años de experiencia en el metier metalúrgico.
Francisco Rotundo habla con sabiduría, espontaneidad y mucha sinceridad. Ha hecho tanto y tan bien que tiene la humildad de los grandes y esto es lo que le contó a Revista del Ascensor.
ORÍGENES DE F. ROTUNDO y HNOS.
“Nosotros producimos máquinas para ascensores desde hace 15 años, pero siempre hemos fabricado mecanizado de precisión. Nuestros clientes son Loma Negra, Cemento Avellaneda, Ferrosur, el Grupo Techint, Dálmine Siderca, Ternium -Siderar. Para ellos fabricamos repuestos especiales bajo plano. Para hacer eso hay que tener calidad”, nos informa Rotundo.
Revista del Ascensor:- ¿Qué equipos tienen para hacer todo eso?
Francisco Rotundo: – Tenemos equipos de mecanizado CNC, fresadoras CNC, muchas máquinas convencionales excelentes que van a poder ver con sus propios ojos. Nosotros en el mecanizado sacamos muchos cuerpos de ventaja, porque hemos hecho piezas fabulosas importantes y de gran porte. Hacer una máquina para ascensor es bastante simple comparado con los trabajos que hemos hecho todos estos años. Para que tengan una idea nosotros hemos hecho un engranaje de 3.350 kilos para Loma Negra, en este taller. Pero también tenemos otra empresa que la compramos en 2010 y ahí hacemos doblado de chapa, somos casi clientes únicos y proveedores únicos entre Cíntolo-Curvasol, de Ituzaingó, que hace cañerías para Vaca Muerta, doblamos chapas de distintos espesores en frío, hemos doblado hasta 3 pulgadas en frío, porque tenemos una prensa de 1000 toneladas.
Nos muestra una foto de una pieza para 6 émbolos hidráulicos plato sujeta cuplas, fabricada en 2024. Para hacerla se partió de una pieza redonda y se “esculpió” un hexágono que tiene 1,80 m. entre cara y cara y una altura de 580 mm.
MÁQUINA ROTIA
R del A.: – Ud. empezó a hacer la máquina hace sólo 15 años. ¿Por qué empezó a fabricarla?
F. R.: – Nosotros, como dije, hacíamos todos trabajos especiales bajo plano. Y un día me visitan don Juan Sánchez y Mario Simonelli, los titulares de Ascensores Cóndor. Vinieron para que yo les hiciera una pieza determinada, especial. Don Juan que era el que más sabía de taller me dice: “Pibe, vos tenés de todo para hacer una máquina. Yo te voy a traer una máquina, las vas a copiar y vas a hacer mucha plata. El Sr. Simonelli me hizo llegar una máquina SICOR, y así fue como fabricamos la ROTIA. De todos modos la ROTIA representa menos de un 20% de la producción. Mi taller existe desde hace muchos años y para hacer otras cosas.
R del A.:- Con los antecedentes metalúrgicos de F. Rotundo y Hnos. nos podemos imaginar entonces la calidad y la precisión de su máquina reductora.
F. Rotundo:- ROTIA es una marca propia que es la famosa “Gato” de Sicor, una máquina que hizo furor en Europa, donde se economizaba el gasto energético. Esta máquina tiene la particularidad que con 7HP y medio, como la polea de tracción es de 340 mm. puede levantar 630 kg. y con 5HP puede levantar 450 kg. En Argentina, en cambio, para levantar 630 kg. se utilizan más de 10HP. Además usa un cable fino que requiere mayor precisión cuando se hace la instalación, hay que estar atentos a que la máquina esté bien colocada y cada cierto tiempo hay que regular el estado de los cables. Es la única máquina que tiene esta ventaja de ahorro energético. Muchos ingenieros de empresas son fanáticos de la ROTIA. Además de lo anterior otras ventajas que tiene son un visor para ver cuánto aceite tiene. Toda la bulonería que usamos es 12.9 y 8.8 lo que indica la resistencia que tienen los bulones. Estos bulones valen 3 veces más que los que se usan comúnmente.
Esta máquina es la única que está partida por la mitad, longitudinalmente, en dos bloques. La gran ventaja de esto es que la corona siempre se mantiene en el centro, y para eso tiene una traba. En las otras máquinas se puede correr de su lugar.
R del A.: – ¿Cómo hizo para copiar la máquina?
F.R.: – Yo copié una máquina italiana. De máquinas de ascensor no sabía nada. Me habían dicho que la SICOR era la mejor. Encontré un ingeniero de SIAM que estaba sin trabajo al que le pedí que hiciera los planos de todos los modelos.
R del A.: -¿No puede traerle problemas haberla copiado?
F.R.: – No, porque la de ellos el sinfín y rotor es una sola pieza y la nuestra tiene un acople. La nuestra tiene la ventaja, por ese acople, de que si quema el motor, se va a la ferretería, compra el motor, lo pone, y sigue andando. Con la otra hay que esperar que bobinen el motor, es una máquina entera con el eje. Pero además estuve en su fabulosa fábrica de Trento donde les propuse en su momento comprarles solo el sin fin y la corona que es el corazón de la máquina. No llegamos a nada en ese momento. Hará unos 12 años me visitó el dueño de Sicor en ocasión de que trajera un torno de 10 metros de diámetro a la Argentina. Se agarraba la cabeza cuando se enteró de que yo quise comprarle el “corazón de la máquina” y no me dieron bolilla. Le gustó mucho la ROTIA. De paso les cuento que el gobierno que teníamos en ese entonces no le dejaba entrar las llantas para mecanizar aquí, en el Parque Industrial de Pilar y el torno que se iba a utilizar para fabricar molinos eólicos al final se lo llevaron a Colonia, Uruguay.
LA PLANTA FABRIL
Al entrar al taller, F. Rotundo nos va presentando las máquinas y herramientas como si fueran miembros de su familia. Vemos un torno vertical, que está haciendo una rueda gigante para la empresa Siderar mientras nos muestra el modelo de la rueda en telgopor y nos explica el proceso de fabricación en acero. “Esta rueda será un engranaje después que le hagamos los dientes; todo esto es lo que fabricamos bajo plano”.
Vamos observando las cremalleras para la empresa Bertotto de Misiones, fabricantes de máquinas para talar árboles; “Este es un torno paralelo, de marca Turri, esta cremallera lleva una rosca para ponerle una tuerca, ahí le están haciendo la rosca” nos comenta entusiasmado.
Llegamos a los motores Siemens de la máquina ROTIA. Vemos coronas esperando que se les fresen los dientes. “Quiero que sepan que la única máquina en Argentina que fabrica la corona en una sola pieza forjada es la nuestra, y está fundida en forma centrifugada, el resto la hace enchavetada, lo cual trae problemas porque eso puede tomar juego. Al hacerla en una sola pieza no hay partes que se aflojen”.
La estructura de las máquinas ROTIA, está conformada por dos medias cajas, se hace con unos centros de mecanizado suizos que trabajan a la vez en forma vertical y horizontal. Nos cuenta el Sr. Rotundo mientras nos muestra las máquinas en su taller. Mientras muchos compran varias piezas en China, Rotundo las fabrica, para cualquier tipo de máquinas. “Nosotros fabricamos un extractor de poleas para que lo puedan usar las personas que se encargan del mantenimiento de ascensores para sacar las poleas de 340, de 400 ó de 520.
R del A.: – Su máquina ROTIA es más cara que otras del mercado.
F.R.: – Nuestra máquina es cara porque la Argentina es cara. La calidad de nuestra corona no se compara con la de una máquina china. Pero además es una máquina que no trae ningún problema.
R del A.: – ¿Por qué muchas máquinas de industria nacional pierden aceite?
F.R.: – Porque tienen fallas en el mecanizado. Y la calidad de los retenes y rodamientos. Nosotros instalamos SKF que es el mejor rodamiento, y los retenes usamos los mejores. Muchos con tal de ahorrar no usan elementos de buena calidad.
IMPORTACIÓN
R del A.: – ¿Por qué incorporaron las máquinas de Sassi?
F.R.: – Desde siempre nos resistimos a importar, siempre hemos sido fabricantes, pero en esta oportunidad tuvimos que entrar en esta variante porque la mayoría importa. Espero que no tengamos que repetir “esta película yo ya la vi” como dijo en una oportunidad un empresario muy importante de la colectividad italiana, a la que yo pertenezco. Tengo un stock de 100 máquinas ROTIA, y tengo que ver cómo hacer, no para ver cuánto gano, sino cuánto es lo máximo que puedo perder.
R del A.: ¿Ya están vendiendo la máquina Sassi?
F.R.: – La importada llegó hace un mes acá. Hemos vendido algunas. En este momento a la gente le importa más el precio que la calidad. La Sassi es de excelente calidad. Lamentablemente estoy atentando contra mis propios intereses. La tenemos para 450, 600 y 750 kilos, con sus respectivos repuestos.
Por otra parte la ROTIA, no tiene ninguna clase de inconveniente, a mí siempre me han dicho que mi máquina es comparable con las europeas y le digo más, nosotros le damos atención inmediata. Si llega a tener un problema cuando la vendemos, algo muy poco frecuente, la cambiamos por otra, directamente, no perdemos un minuto. Nuestra máquina es apreciada como la mejor del mercado por muchos profesionales.
BIOGRAFÍA
Las empresas y sus creadores tienen la misma historia. Y Francisco Rotundo & Hnos. es una empresa que además de tener muy buenos clientes, es conocida por su versatilidad y eficiencia. Francisco Rotundo es un hombre tranquilo pero de fuerte y decidida personalidad. Es, como se dice, un hombre que “está hecho” pero que va a dejar los fierros cuando ya no pueda agarrarlos.
El Sr. Rotundo nació en Calabria, Italia, en un pueblo que se llama Savelli. Llegó con su familia a los 7 años, siendo el segundo de tres hermanos. Francisco está sumamente orgulloso de su origen Savelliano, tanto que hoy día es presidente de la asociación italiana savellese y ha sido presidente del Comittato de los Italianos en el exterior, lo que le valió un premio honorifico como Cavaliere que le otorgó el ex presidente Carlo Azeglio Ciampi.
En un principio la escasez económica de su familia indicaba que no habría disponibilidad para que él pudiera estudiar. Pero el azar de la vida intervino y pudo terminar el 7° año de la escuela técnica Casal Calviño, donde se recibió de técnico mecánico en máquinas y herramientas (Ver recuadro “Altri tempi”).
En segundo año se pasó al turno de noche y empezó a trabajar en una fábrica que se llamaba CAVIA, donde aprendió a usar el torno. A sus 19 esa fábrica cerró y un amigo que tenía un tornito de banco que andaba mal se lo vendió. Él lo arregló y empezó a forjar su propia empresa, FRAMI, por Francisco y su amigo Miguel, su socio. “Hacerse buen tornero lleva mucho tiempo, comenta Francisco, hoy no existen y eso dificulta nuestra tarea”.
En la empresa, como dice su nombre, trabajaban los dos hermanos de Francisco, Fernando y Serafin José, pero luego de la pandemia no quisieron seguir en la actividad. Sigue con él su hijo Francisco Sergio, que trabajó desde chico a su lado, y sus hijas Romina y Laura que le dan una mano en la otra empresa que se llama Rosacor.
Hoy día trabajan 16 personas en F. Rotundo & Hnos y 8 en Rosacor.
Cuando le preguntamos por el futuro de la empresa, Rotundo comenta que el problema actual es la falta de gente del oficio y eso se lo atribuye a los años ‘90 y el desmantelamiento de la industria y la educación industrial. Sin embargo pareciera que hay Rotundo para rato, porque esta fábrica es su vida y no piensa dejarla.
“ALTRI TEMPI”
Un vecino llamado Francisco del barrio de Lomas del Mirador se apersonó un día en la casa de la familia Rotundo para consultarle al padre de Francisco si pensaba mandarlo a estudiar, ya que él pretendía que su hijo Antonio estudiara, y la condición que ponía era que asistiría a la escuela si lo acompañaba Francisco. A todo esto la situación económica de los Rotundo no era buena y no estaba en sus mentes el proyecto de que el futuro empresario industrial fuera a la escuela secundaria. Sin embargo el vecino insistió en apadrinarlo para que ambos muchachos asistieran juntos a la escuela. Finalmente el orgullo de los padres de Francisco, Filomena y Domenico, pudo más y con gran esfuerzo pagaron sus estudios hasta el segundo año en que él empezó a estudiar por la noche para poder trabajar. Lo cómico de la situación es que el hijo del vecino dejó la escuela a los 30 días y Francisco se recibió de técnico mecánico en máquinas y herramientas, después de 7 años de estudio.