Historia del paracaidas

paracaidas

Ing. David A. Cooper
El paracaídas es visto como la última línea de defensa en el mundo relativamente seguro de los ascensores. Los contemporáneos cuentan que Elisha Otis exclamó “¡Todo bien, señores!” después de haber cortado los cables
que sostenían la plataforma sobre la que él se encontraba parado, mientras el paracaídas prevenía su descenso descontrolado. El diseño de los paracaídas ha evolucionado significativamente desde su propuesta original que consistía en poner una bolsa de plumas en el foso del ascensor hasta diseños que detienen los movimientos incontrolados del mismo.

Este artículo es un proyecto de investigación en curso que se propone examinar las patentes y normas del Reino Unido e ilustrar la evolución del paracaídas desde sus primeros días hasta el presente. Contribuirá a su conocimiento ofreciendo una cantidad de fuentes de información que nunca antes se presentaron juntas en un solo trabajo y de esta forma provee una historia consolidada del mismo.

Palabras clave
Paracaídas, Otis, Caída, Normas, EN 81, BS2655, BS5655

Introducción

La investigación de la literatura reveló que hay una información histórica limitada sobre los paracaídas adaptados para los ascensores de pasajeros. La mayor parte de lo escrito versa sobre la técnica o las ventas, no sobre el contexto histórico. Las fábricas de ascensores absorbieron a los primeros fabricantes a lo largo de los años y en muchos casos la información histórica sobre ellos se perdió. Hay unas pocas excepciones, pero la mayor información es sobre la empresa más que sobre sus productos. Es archisabido que Elisha Graves diseñó el primer paracaídas y que su documento presentado a la Newcomen Society American Branch en New York 1845 brindó un buen insight del hombre en sí mismo así como del producto. Otro autor, John Inglis, en Australia presentó un trabajo en Elevcon en 1998 titulado “Evolución del paracaídas” que proveyó algunos dibujos interesantes para este artículo pero no tomaba en consideración los cambios normativos en orden cronológico. Se encontraron otros libros históricos como “Electric Lift Equipment for Modern Buildings”

(1923) de Grierson y “Electric Lifts” de R S Phillips, “Giving rise to the modern city” de Jason Goodwin y “A history of the passenger elevator in the 19th century” de Lee Gray (2002). Varios libros de naturaleza técnica fueron encontrados pero no contenían información histórica o relativa al paracaídas.

Las normas británicas publicadas desde 1970 fueron examinadas incluyendo BS 2655-1 (1970), BS5655-1 (1979) y BS5655-1 (1986) después de las cuales las normas europeas vieron caer el prefijo BS por el EN. Esto vale para las normas EN 81- (1990), incluso la enmienda A3, EN 81-20 (2014) y la EN 81-50(2014). También se estableció
contacto con los fabricantes para obtener documentación e información que se revisará a medida que se reciba. La revisión literaria reveló que hay muy poca información sobre el desarrollo del paracaídas y encontrar información es difícil pero no imposible. La eliminación del paracaídas ha sido propuesta en muchas oportunidades, lo cual hace de esta investigación un trabajo para legar que puede ser importante en el futuro, ya que un estudiante podría continuarlo desde donde se deje como una cronología desde su invención que se puede establecer en 1853. Se puede concluir que este trabajo es novedoso y tiene un interés educativo y público.

 

La invención del paracaídas

La influencia significativa de los ascensores data desde la invención de Elisha Graves Otis de un dispositivo capaz de evitar que un ascensor caiga incluso si sus cables se han roto.

 

En 1851 Otis fue a Bergen, New Jersey, EE.UU., y luego un año después a Yonkers, New York, donde fue empleado como maestro mecánico de una planta de elásticos de cama en la cual su empleador, Josiah Maise, era el dueño. Fue allí donde él se topó cara a cara con su destino y diseñó e instaló el primer ascensor equipado con un dispositivo automático para prevenir la caída. Estaba por ser destinado a mudarse a California cuando recibió una orden inesperada para dos ascensores seguros de parte de Mr. Newhouse, un fabricante de muebles en cuya planta en Hudson Street 275, New York, ya había sucedido un grave accidente. La orden para estos dos ascensores marcó el comienzo, en 1853, de la actual asociación mundial de ascensores y del nombre Otis.

 

En 1853 se llevó a cabo una exhibición en el Crystal Palace de New York City en la que Elisha Graves Otis demostró la confianza en su propio producto. Parado sobre la plataforma del ascensor instalado en la exhibición, la elevó por encima de las cabezas de la muchedumbre aglomerada mientras conversaba con el público. En el momento más dramático de su charla cortó el cable que sostenía la plataforma. Aquellos desilusionados que esperaban morbosamente que Otis se rompiera una pierna, quedaron muy impresionados por la efectividad de la “Otis safety” cuando, a pesar de todo, nada sucedió. Se cuenta que después de que la plataforma detuvo su ascensor Otis exclamó “Todos seguros caballeros”.

 

El New York Tribune publicó la muestra he hizo mención de la invención de Otis aunque se hizo referencia al ascensor de la exhibición como uno de carga de mercadería y no fue sino hasta tres años después que el primer ascensor de pasajeros fue fabricado por Otis e instalado en el edificio de cinco pisos en la esquina noreste de Broome Street y Broadway que pertenecía a E V Haughwout & Co., comerciantes de porcelana y cristal.
Lamentablemente Elisha Graves Otis falleció en 1861 siendo propietario de una fábrica valuada en solo u$s 5.000 que empleaba solamente a 8 ó 10 hombres.

 

Evolución del paracaídas

Según Inglis la referencia más temprana conocida sobre un dispositivo de seguridad para las personas que viajaban en un ascensor se remonta a un sultán que requirió un medio para transportar gente hasta el piso más alto de su castillo. Se dice que una gran bolsa de plumas fue ubicada en el foso y que el ascensor fue probado por uno de sus sirvientes que se encontraba en su interior cuando los cables fueron cortados.Aparentemente el sirviente sobrevivió la caída y solo se rompió una pierna y entonces el sultán concluyó que nadie moriría si usaba el ascensor.

 

En los primeros tiempos las guías de la cabina estaban hechas de madera y un paracaídas con la acción de una cuchilla se incrustaría en las guías de madera que tendrían que reemplazarse después de cada aplicación. Esta solución no era para nada satisfactoria y a menudo dejaba a un ascensor fuera de servicio por un largo
período hasta que se fabricaban las nuevas guías. Este tipo de paracaídas, como otros también, estuvo plagado de disparos molestos en el caso de que la hoja de la cuchilla se extendiera demasiado cerca de las guías de madera o una acumulación de desechos provocara su funcionamiento.

 

Inglis prosigue su tratado sobre un desarrollo ulterior donde un italiano inventó un método de prevenir lesiones en caso de caída libre o de velocidad excesiva en dirección de descenso. Esta es la primera referencia a una condición de exceso de velocidad que hemos encontrado. La invención consistió en unas barras que atravesaban la cabina sobre la cabeza de los pasajeros y cuyos extremos terminaban en dos diafragmas de goma en sus extremos. En caso de exceso de velocidad en el descenso, los pasajeros podrían colgarse de la barra con los diafragmas que le restarían fuerza al impacto cuando la cabina golpeara en los amortiguadores. Surgió la
pregunta obvia de cómo estarían protegidos varios pasajeros con ese artefacto.

 

El desarrollo de ascensores de alta velocidad necesitaba el desarrollo de un nuevo tipo de dispositivo de seguridad. Es elemental que el propósito de un paracaídas no es meramente parar la plataforma del ascensor sino más bien llevar la plataforma a una parada suficientemente gradual para prevenir heridas. El primer paracaídas que contribuyó tanto a la fama y la fortuna de Elisha Graves Otis, era del tipo instantáneo el que funcionaba sólo en el caso de cables flojos o rotos y fue útil porque entraba en función sólo cuando el ascensor recién comenzaba a caer y antes de que este último hubiera alcanzado una velocidad de descenso notablemente superior a la normal, que era baja.

 

Obviamente, en el caso de un ascensor de alta velocidad, detener una carrera a velocidad elevada con un paracaídas de tipo instantáneo tendría un efecto desastroso ya que golpearía en el fondo del foso, o en cualquier caso la parada sería más brusca de lo que el cuerpo humano podría soportar sin sufrir lesiones.

 

Según Grierson hasta alrededor del año 1880 se utilizaban cremalleras o trinquetes de hierro fundido conectados a las guías, y el paracaídas estaba conformado por un par de grilletes fijados a la parte superior de la cabina, colgando del único cable de suspensión y accionado por medio de resortes. Nótese el cable único, una solución que ya no está permitida para ascensores aunque aún se ve en los ascensores de las minas o en los funiculares. Cuando el cable fallaba, los amortiguadores que accionaban los grilletes se enganchaban con las cremalleras en las guías e inmediatamente detenían la cabina por completo. Grierson también afirma que “el paracaídas no está habitualmente ajustado a los pesos del contrapeso, sólo la cabina”.

 

El siguiente avance importante, según Grierson, apareció alrededor de 1893 y todavía se usa ampliamente en Gran Bretaña (tomar en cuenta que Grierson fue publicado en 1923) y son levas de guía tipo cam. Se trata de cuatro levas serradas de acero, montadas en dos varillas de acero torneadas, que, cuando surge la necesidad, rotan y ponen a las levas en contacto con las guías o con el soporte de madera. Este paracaídas estaba adaptado sólo a cabinas de baja velocidad (0,5m/s), debido a que eran de acción instantánea. El diseño sólo protegía contra un descenso rápido del ascensor y no servía para velocidad excesiva en ascenso. Grierson notó que varios fabricantes usaban diferentes métodos de activación del paracaídas que incluían el cable flojo y una línea de seguridad separada conectada entre la cabina y el contrapeso. En 1878 se inventó un limitador de velocidad del tipo de bola, centrífugo, que servía para accionar un paracaídas progresivo. Este fue inventado por Charles R. Otis.

Récord de seguridad

Con una sola excepción (hasta que el artículo de Petersen fue publicado en 1945) no hay una sola noticia de que un ascensor Otis de tracción se hubiera caído por cables rotos por ningún otro motivo. La única excepción fue proporcionada por un ascensor en el Empire State Building, en New York el 28 de Julio de 1945, que bajaba y estaba a la altura del piso 17. Un avión chocó el edificio en su piso 89 y rompió los cables de izado y los del limitador de velocidad. Eso inutilizó el equipo de seguridad que por supuesto no estaba probado contra colisiones de avión. Felizmente, el operador (que estaba solo en la cabina) sobrevivió el choque. Desde que este incidente no puede ser atribuido a una rotura de los cables o del equipo de seguridad, el record previamente mencionado permanece inalterado(N. de la R.:Sobre este accidente, ver nota publicada en Revista del Ascensor Nº 4, Julio, 1996).

 

Devenir de los estándares europeos & británicos

Será necesaria una investigación posterior para encontrar estándares más antiguos y códigos de práctica ya que queda claro que hay una brecha entre Otis y su demostración del paracaídas en 1853 y la edición BS2555-1 de 1970. Se entiende que había una BS2655 publicada alrededor de 1958 pero aun así, esto abre una brecha de más de 100 años en evidencia documental de diseño del dispositivo.

 

Desde 1970 se han publicado los siguientes estándares:

1970 BS 2655-1:1970: Especificación para ascensores, escaleras, transportador de pasajeros y paternósters. Requerimientos generales para ascensores eléctricos, hidráulicos y elevadores de mano.

1970 BS 2655-7: 1970: Especificación para ascensores, escaleras, transportador de pasajeros y paternosters. Prueba e inspección.

1979 BS 5655-1: 1979, en 81-1: 1977: Ascensores y ascensores de servicio. Reglas de seguridad para la construcción e instalación de ascensores eléctricos.

1986 BS 5655-1: 1986, EN 81-1: 1985: Ascensores y ascensores de servicio. Reglas de seguridad para la construcción e instalación de ascensores eléctricos.

1986 BS 5655-10: 1986: Ascensores y ascensores de servicio. Especificación para la prueba e inspección de ascensores eléctricos e hidráulicos.

1995 BS 5655-10.1.1: 1995: Ascensores y servicio de ascensores. Especificación para prueba y examen de ascensores y ascensores de servicio. Ascensores eléctricos.
Pruebas de puesta en servicio para ascensores nuevos.

1995 BS 5655- 10.2.1: 1995: Ascensores y ascensores de servicio. Especificación para prueba y examen de ascensores y ascensores de servicio. Ascensores hidráulicos.

1998 BS EN 81-1: 1998 + A3: 2009: Reglas de seguridad para la construcción e instalación de ascensores. Ascensores eléctricos.

1999 PAS 32-1: 1999: Especificación para examen y prueba de ascensores nuevos antes de su puesta en servicio.

1999 PAS 32-2:1999: Especificación para examen y prueba de ascensores nuevos antes de su puesta en servicio. Ascensores hidráulicos.

2007 BS 8486-1: + A1:2011: Examen y prueba de ascensores nuevos antes de su puesta en servicio. Especificación para los medios de determinar el cumplimiento con la BS EN 81. Ascensores eléctricos.

2007 BS 8486-2:2007+ A1:2011: Examen y prueba de ascensores nuevos antes de su puesta en servicio. Especificación para los medios de determinar el cumplimiento con la BS EN 81. Ascensores hidráulicos.

2014 BS EN 81-20: 2014: Reglas de seguridad para la construcción e instalación de ascensores. Ascensores para transporte de personas y mercaderías. Ascensores de pasajeros y de mercaderías.

2014 BS EN 81-50: 2014: Reglas de seguridad para la construcción e instalación de ascensores. Examen y pruebas. Reglas de diseño, cálculos, exámenes y pruebas de componentes de ascensor.

 

Factores que inciden en el diseño de un paracaídas

Una cantidad de factores parecen haber guiado a través de los años el diseño del paracaídas.

  • El deseo de prevenir un descenso descontrolado.
  • La relación entre la velocidad y el diseño del paracaídas (principalmente para proteger a los pasajeros de lesiones).
  • El deseo de proteger contra un ascenso, así como un descenso descontrolado.

A medida que la investigación progresa se pueden identificar más categorías, a pesar de que actualmente se sabe que desde 1853 en adelante, por más de un siglo, se trató del deseo de prevenir un descenso descontrolado para disipar los temores de los pasajeros sobre el riesgo de un ascensor.

 

1970 BS 2655-1: 1970: Especificación para ascensores, escaleras mecánicas, caminos rodantes y paternosters. Requisitos generales para ascensores eléctricos, hidráulicos y elevadores manuales.

La norma fue publicada en 1970 y completada con 6 enmiendas a su texto original.

Tenía cuatro secciones separadas sobre los requisitos del paracaídas que se podían encontrar en las secciones 2, 3, 5 y 6.

Los paracaídas debían cumplir con los siguientes requisitos generales:

  • Cada ascensor de pasajeros y de mercadería deberá estar provisto de un paracaídas fijado al bastidor de la cabina y colocado debajo de su plataforma.
  • El contrapeso también deberá contar con un paracaídas donde hubiera un espacio accesible debajo de su recorrido.
  • Debe ser posible liberar el paracaídas de cabina levantando la cabina, y el de contrapeso levantando este último.
  • Cada paracaídas de cabina deberá funcionar mediante un regulador de velocidad o un cable de seguridad. Todas las roldanas o poleas en contacto con alguna parte de este cable, que está normalmente en movimiento al mismo tiempo que la cabina, deberá tener diámetros de al menos 30 veces el diámetro
    del cable.
  • Un paracaídas no podrá funcionar para detener una cabina en ascenso. Si se debe detener una cabina en ascenso por exceso de velocidad se debe adaptar un paracaídas para el contrapeso, para ese propósito. Donde se utilice un limitador de velocidad, este ejercerá el control del motor y de los circuitos del freno para el caso de un evento de exceso de velocidad en la dirección de ascenso.
  • La aplicación del paracaídas no deberá hacer que la plataforma de la cabina se incline a más de 1 a 25 de la horizontal.
  • El control del motor y de los circuitos del control de freno se deberán abrir mediante un switch en el paracaídas del ascensor antes o en el momento en que el paracaídas se aplica.
  • Cuando el paracaídas está en uso, ninguna caída de tensión de los cables usados para el funcionamiento del mismo, o un movimiento de la cabina del ascensor en descenso, podrá desvincular al paracaídas de la cabina.
  • No será posible que por vibración del bastidor de la cabina se ponga en funcionamiento el paracaídas.
  • Ningún paracaídas puede depender para su funcionamiento de las fases de finalización o mantenimiento de un circuito eléctrico.
  • Las superficies de agarre del paracaídas se mantendrán a distancia de las guías durante el funcionamiento normal del ascensor.
  • Cualquier leva o palanca que funcione en el pasadizo deberá estar fijada al mismo mediante soldadura, llaves empotradas o por conexión positiva equivalente.
  • Los paracaídas deben estar diseñados para agarrar cada guía y funcionar sobre las guías simultáneamente.
  • Cada pasadizo, traba, cuña o soporte que forma parte del paracaídas y que entra en tensión durante su funcionamiento será fabricado en acero u otro material dúctil.
  • La transmisión de los cables de seguridad de una cabina deben provenir del bastidor de la misma.
  • Cualquier dispositivo de conexión entre un cable de limitador de velocidad y el bastidor de la cabina (o el contrapeso) que está destinado a ser liberado cuando el paracaídas, debe ser retenido en su posición normal por un dispositivo de resorte.
  • Un retén y un trinquete no debe ser usado como paracaídas.

Selección del paracaídas según la velocidad del ascensor

BS2655-1 (1970)
BS2655-1 (1970) establecía 2.12.3 Paracaídas de tipo instantáneo pueden usarse para cabinas de ascensor con un contrato de velocidad que no exceda los 0,75m/s o 150 ft/min.

BS5655-1 (1979)
Hubo un cambio en la norma de 1979 que introdujo, por primera vez, el efecto amortiguador: 9.8.2.1 El paracaídas deberá ser del tipo progresivo si la velocidad nominal del mismo excede al 1.0 m/s. Puede ser (a) del tipo instantáneo con efecto amortiguado si la velocidad nominal no excede el 1.0m/s; (b) del tipo instantáneo si la
velocidad nominal no excede el 0,63 m/s. El efecto amortiguado era poco usado, pero cuando lo era, implicaba que la eslinga tuviera una sección de desplazamiento adicional e independiente debajo de ella, que tenía un paracaídas instantáneo conectado. Este paracaídas podría entrar en acción, y las fuerzas eran reducidas por
la eslinga de la cabina que estaba separada del paracaídas por dispositivos tales como pistones hidráulicos (más bien como amortiguadores) los cuales eliminarían las fuerzas de la operación.

Aparecieron diferentes fabricantes con diferentes diseños tanto de paracaídas instantáneos como progresivos.
Ejemplos de diferentes soluciones se pueden ver acá abajo.

BS5655-1 (1986)
Esta norma reflejó la BS5655-1 (1979).

EN81-1(1990) + A3 (2009)
Nuevamente, esta norma refleja la BS5655-1(1979).

EN 81-20 (2014)
Sin embargo, la publicación de la EN81-20 vio el final del efecto amortiguador con la redacción modificada como sigue: 5.6.2.1.2.1 Paracaídas de cabina (a) será del tipo progresivo o (b) puede ser del tipo instantáneo si la velocidad nominal del ascensor no excede los 0,63 m/s. La filosofía detrás del cambio en la velocidad entre las normas de 1970 y 1979 para el paracaídas instantáneo no se conoce, a pesar de que se puede ver que la norma EN81-20 (2014) limita el instantáneo a una velocidad máxima de 0,63 m/s mientras que la norma BS2655-1 (1970) permitía una velocidad mayor de 0,75 m/s. Así, a pesar de que se removió el efecto amortiguador, la velocidad reducida de la norma 1979 sigue en vigencia.

FUERZAS

Las consideraciones iniciales fueron relativas a las fuerzas que se evidenciaban sobre los pasajeros, y podían haber causado el cambio. Las normas no especificaban el estado de las fuerzas aplicada a un pasajero durante el funcionamiento de un paracaídas. Lo mejor a lo que se puede hace referencia es respecto de las fuerzas admisibles en el caso del impacto con amortiguador.

BS2655-1 (1970)
BS2655-1 (1970) declaraba simplemente en su cláusula 3.4: “Los amortiguadores se instalarán debajo de las cabinas y contrapesos. Se puede instalar amortiguadores de resortes o amortiguadores de goma o madera.” Esta, según las normas actuales, es una afirmación totalmente sin sentido. Pero claramente no hay consideración en
cuanto a las fuerzas permitidas que pueden actuar sobre un pasajero y no hay distinción entre los paracaídas instantáneos o progresivos. En particular se debería notar que se permitían los amortiguadores de madera.

BS5655-1 (1979)
La BS5655-1 (1979) fue la que vio la introducción de las reflexiones sobre las fuerzas actuantes sobre un pasajero.
La cláusula 10.4.3.3 estableció “con la carga nominal en la cabina, en el caso de caída libre, el problema de retraso durante la acción de los amortiguadores no deberá exceder gn. Un retraso de más de 2,5 gn no será mayor que 1/25 de un segundo. La velocidad de impacto en los amortiguadores a ser considerada, es igual a aquella por la cual el golpe del amortiguador ha sido calculado (ver 10.4.3.1 y 10.4.3.2). Mientras la introducción de las fuerzas en las normas llegó con la norma de 1979, es improbable que se explique la diferencia de velocidad con referencia a la velocidad del paracaídas entre las normas de 1970 y 1979.

BS5655-1 (1986)
BS5655-1 (1986) reflejó a la norma 1979 con excepción que el 1/25 de un segundo fue reemplazado por 0,04 segundos, eliminando de esa forma la fracción por un decimal.

DIRECCIÓN DEL ASCENSOR Y SELECCIÓN DEL PARACAÍDAS
BS2655-1 (1970). Como se dijo previamente en la BS2655-1 (1970) “Un paracaídas no funcionará para detener una cabina en ascenso. Si un ascensor en ascenso debe detenerse por exceso de velocidad, será necesario instalar un paracaídas en el contrapeso para este propósito”.

BS5655-1 (1979)
La formulación cambió en la norma de 1979 de la siguiente manera:
9.8.1.1 La cabina estará provista con un paracaídas capaz de funcionar sólo en la dirección de descenso y deteniendo una cabina con carga completa; a la velocidad de intervención establecida para el limitador de velocidad; incluso si los dispositivos de suspensión se rompen, agarrando las guías, y manteniendo la cabina en el lugar.
Se deberá notar que el limitador de velocidad fue introducido dentro de la formulación de las normas en este punto como una cláusula obligatoria para todos los ascensores eléctricos que incluyen aquellos con paracaídas instantáneos aunque, como se mencionó previamente, Charles Otis inventó el limitador de velocidad a bola para
paracaídas progresivos en 1878. Antes de esto la BS2655-1 (1970) ofreció un limitador de velocidad como una opción con las siguientes opciones:

2.12.3 El paracaídas funcionaría para detener y sostener la cabina del ascensor con carga contractual en caso de falla de todos los cables de suspensión o cadenas o sus accesorios, o en el caso de que la cabina excediendo una velocidad predeterminada en descenso, cuando el paracaídas depende del limitador de velocidad.

BS5655-1 (1986)
BS5655-1 (1986) adoptó las mismas formulaciones que la norma de 1979.

EN81-1 (1990) +A3 (2009)
No fue sino hasta la EN81-1 (1998) y la Enmienda 3 (2009) que el requisito para detener una cabina en ascenso se hizo obligatoria con la cláusula 9.8.10 la cual establecía:

9.10 Un ascensor de tracción estará provisto con medios de protección para exceso de velocidad en ascenso conforme a lo siguiente: 9.10.1 Los medios, que comprenden el monitoreo de la velocidad y elementos de reducción de la misma, detectarán el movimiento descontrolado de una cabina en ascenso de un mínimo de 115% de la velocidad nominal, y un máximo como el que se define en el punto 9.9.3, y provocará que la cabina se detenga, o al menos reduzca su velocidad al nivel para el cual el amortiguador del contrapeso ha sido diseñado.

La EN81-20(2014) varió su formulación como sigue:

5.6.1.1 Se proveerán dispositivos, o combinaciones de dispositivos y su actuación para prevenir que la cabina sufra (a) caída libre; (b) exceso de velocidad, tanto en dirección de descenso, o arriba y abajo en el caso de ascensores de tracción; (c) movimiento descontrolado, con puertas abiertas y (d) en el caso de ascensores hidráulicos, en forma progresiva hasta un piso de llegada.

CONCLUSIÓN

La historia del paracaídas es un tema interesante y se ha descubierto que hubo un gran vacío de actividad en su diseño desde 1853 a 1970 lo cual amerita más investigaciones. Las fuentes identificadas hasta ahora muestran el desarrollo a partir de un estado de preocupación por el riesgo de caída hasta la cualidad de las consecuencias. Las fuentes identificadas hasta ahora muestran el desarrollo de un estado de preocupación por el riesgo de caída hasta la calidad de la caída en caso de que ocurra, con la introducción de fuerzas aceptables en relación con la velocidad.

Además la necesidad de afrontar otras cuestiones técnicas tales como movimiento descontrolado en la subida, ha originado también desarrollos en el diseño del paracaídas. La investigación continuará para establecer la evolución del paracaídas desde su diseño inicial en 1853 hasta hoy.

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Fuente: Elevatori

Figura 4: Paracaídas instantáneo Waygood Otis.
Figura 5: Paracaídas con efecto amortiguador, con un amortiguador entre la cabina y el paracaídas.
Figura 6: Paracaídas progresivo a cuña de Otis Waygood.
Figura 7: Paracaídas progresivo a pinza de Express Lifts.

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